Acto de Homenaje a las víctimas de Vesubio y Protobanco

 Acto anual de homenaje a los detenidos - desaparecidos de los campos de concentración El Vesubio y Puente 12 / Protobanco, y a los 30.000 desaparecidos. Dedicado a la memoria de nuestra compañera Ana Di Salvo
 Jueves 2 de diciembre de 2010 a las 19 horas en el anfiteatro de la Asociación de Trabajadores del Estado,  Avenida Belgrano 2527, Capital Federal.

Lo organiza la Comisión de Homenaje, integrada por familiares, sobrevivientes, compañeros y amigos, a los desaparecidos en El Vesubio y Puente 12 /Protobanco, de quienes reivindicamos su militancia y sus ideales.
Pacientemente los sobrevivientes, familiares, amigos y compañeros de las víctimas hemos recogido información sobre sus historias de vida y sus padecimientos dentro de los Campos. Sus nombres, fotografías, estudios, profesiones, actividades. Tarea todavía muy incompleta que necesita el apoyo de quienes puedan aportar datos sobre las víctimas.
También de acuerdo a los testimonios de sobrevivientes y testigos de los secuestros hemos compilado una base de datos sobre los represores que actuaron en los Campos y los delitos imputados a cada uno de ellos.
El acto se centrará en el juicio sobre el CCD El Vesubio, que  se debate en el Tribunal Oral Federal 4, y sobre la Instrucción del Juicio sobre el CCD Puente 12 / Protobanco, en curso en el Juzgado Penal Federal 3. Hablará un abogado en representación de la querellas del juicio Vesubio y el abogado Pablo Llonto, a su vez, se referirá a la investigación judicial del CCD Puente 12 / Protobanco.
Informaremos sobre los trabajos y logros del Equipo Argentino de Antropología Forense en la reciente identificación de los restos de compañeros asesinados en los CCD mencionados.
La trovadora Alejandra Rabinovich y el coro QUIERO RETRUCO, homenajearán con su arte a los compañeros desaparecidos y a quienes hoy siguen luchando por un país mejor.
Exigimos la inmediata aparición de Julio López, y el esclarecimiento del asesinato de Silvia Suppo.
Que se haga Justicia. Que sean juzgados todos y cada uno de los responsables de los delitos de lesa humanidad cometidos.
Invitamos a Uds. a participar, adherir y difundir esta información.

El Vesubio
 El Vesubio, junto con la ESMA y Campo de Mayo, tienen el triste privilegio de ser de los Campos de Concentración que en el área de Capital Federal y Gran Buenos Aires tuvieron mayor actividad, por la cantidad de víctimas que pasaron por sus salas de torturas y por la cantidad de desaparecidos que han dejado a la sociedad argentina.
En el Vesubio se cometieron todo tipo de delitos, robo de menores, violaciones, asesinatos. Sus responsables e integrantes son culpables también de robos y saqueos a las viviendas de sus víctimas y familiares, e incluso de automóviles y otros bienes, aún en la vía pública, a quienes pasaban cerca del lugar.
Secuestro de menores y ancianos, tortura a embarazadas, todos los capítulos del horror concentrados en un solo lugar, Avenida Ricchieri y Camino de Cintura, a corta distancia de Puente 12.
El predio, que era del Servicio Penitenciario Federal, fue utilizado como lugar de secuestro y tortura desde agosto de 1975 y a partir del 24 de marzo de 1976 fue comandado por el Primer Cuerpo de Ejército, funcionando hasta Octubre del ´78.
La mayoría de sus víctimas fue desaparecida por los métodos habituales en esa época, muchos otros fueron encontrados en grupos de cadáveres acribillados a balazos simulando inexistentes enfrentamientos, y un reducido grupo fue liberado, generalmente después de pasar por otros campos de concentración, cárceles y ser sometidos a Consejo de Guerra.
Sus víctimas fueron opositores a la implementación de un plan de dominación imperialista en lo político, cultural y económico para lo que se llevó a cabo un sistema  represivo extraordinariamente cruento a lo largo de todo el país.
Su primer jefe fue el Prefecto Alberto Neuendorf, alias Neuman o el alemán, Jefe de Inteligencia del Servicio Penitenciario Federal, sustituido en 1976 por el entonces Mayor del Ejercito Pedro Alberto Durán Sáenz, alias Delta. A fines del ´77 éste fue reemplazado por otro oficial del Primer Cuerpo de Ejército apodado El Francés.
Este campo de concentración estuvo bajo la responsabilidad directa de los Generales Suarez Mason y Sasiaiñ y el control de los prisioneros siempre correspondió al personal de inteligencia del Servicio Penitenciario Federal.
Muchos de los sobrevivientes pasaron por diversas unidades militares y policiales que formaban parte de la siniestra trama manejada desde el Vesubio. El  “blanqueo” de los sobrevivientes se producía sistemáticamente en el Batallón de Logística 10 de Villa Martelli, el Reg. 6 de Infantería de Mercedes, el Reg. de Infantería Nº 7 de La Plata, el de Artillería de Ciudadela, las comisarías de Monte Grande, Lanús y Villa Insuperable, entre otras.
Protobanco
Este Campo de Concentración funcionaba en la “Brigada Güemes” - Puente 12, enfrente del Vesubio, pero a diferencia de éste, ya operaba como Campo de Concentración desde 1974, tenemos compañeros sobrevivientes de 1974 y 1975, de la época del gobierno de Isabel Perón.
Lo llamamos Puente 12 / Protobanco porque allí, luego, funcionó El Banco, otro sitio de tortura y secuestro que actuó en un período distinto y con características diferentes.
Esperando que nos ayuden a difundir esta información, los saluda atentamente y les envía un abrazo fraternal, 
 Jorge Federico Watts
por la Comisión de familiares, sobrevivientes y compañeros
de las víctimas del Vesubio y Puente/12 Protobanco
telefono 4784-1513 email vesubiovictimas@yahoo.com.ar

Acusan a los represores de El Vesubio por cinco homicidios

Cuerpos que también son pruebas  Por Alejandra Dandan
Los cuerpos fueron enterrados como NN en los cementerios de Avellaneda y Lomas de Zamora y fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense después del inicio del juicio. “El último tramo de la cadena de delitos”, dijo el fiscal.

Fiscal  Federal Félix Crous
El fiscal federal Félix Crous sumó cinco homicidios a la acusación contra los represores de El Vesubio. La acusación por homicidios doblemente agravados por alevosía y por haber sido cometidos por dos o más personas son por los asesinatos de Ofelia Cassano, Generosa Fratassi, Hugo Manuel Mattion, María Luisa Martínez y Laura Isabel Feldman. Los cuerpos habían sido enterrados clandestinamente como NN en los cementerios de Avellaneda y Lomas de Zamora y todos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense después del comienzo del juicio oral e incorporados ahora al proceso. Todos las muertes, dijo Crous, se fraguaron como enfrentamientos en las cercanías de los cementerios.
Entre los nuevos casos probados como homicidios se hallan la partera y la enfermera del Hospital Iriarte de Quilmes –Generosa Fratassi y María Luisa Martínez–, secuestradas porque avisaron a la familia de Silvia Mabel Isabella Valenzi que ella estaba ahí y que había dado a luz. Isabella estaba secuestrada en el Pozo de Quilmes. Una comisión encabezada por el médico policial Jorge Bergés la había llevado a dar a luz. A María Luisa la secuestraron el 7 de abril de 1977 por la noche, en su casa de Quilmes, en un operativo que llevó adelante un grupo de tareas con armas. Después de revisar la casa, la trasladaron a El Vesubio. El 28 de abril de 1977, su cuerpo apareció en el cruce de las calles Rivadavia y Juncal de Lomas de Zamora, con otras cuatro personas, todas asesinadas por disparos de armas de fuego. Una de ellas era su compañera, la enfermera Generosa Fratassi.
Generosa había entrado con la madre de Isabella al despacho del director del hospital, a increparlo para conseguir información sobre el parto: la joven había tenido una niña cuyo destino aún no se conoce. A Generosa la secuestraron el 14 de abril, alrededor de las 19.30, en la maternidad del hospital, ante el portero y otros empleados. La esposaron, la metieron en una camioneta y la llevaron a El Vesubio. Con sus cuerpos también arrojaron el de Ofelia Alicia Cassano, secuestrada el 23 de marzo de 1977 en la calle Rincón al 500, en Banfield. Crous también sumó a las acusaciones el caso de Laura Feldman, la joven de 19 años, hija del cineasta Simón Feldman, que había estudiado en el colegio Carlos Pellegrini, donde otros jóvenes fueron secuestrados y llevados a El Vesubio.
“En relación a los traslados de las cinco víctimas que aquí nos ocupan, poco se sabe de las circunstancias en que ellos tuvieron lugar –dijo Crous–, lo que se compadece con la más absoluta clandestinidad que cubría estas acciones, como previsión de impunidad. Se trata del último tramo de esta cadena de delitos: los homicidios de los secuestrados.” Dijo que muchas víctimas relataron las circunstancias, los indicios, las percepciones y el clima que rodeaban la preparación para liberarlos, que eran muy distintas de las que “inundaban el centro cuando se trataba del traslado para la definitiva desaparición”. Las personas secuestradas en el lugar, dijo, frecuentemente sabían, por información aportada por los guardias, cuál era el destino de las víctimas. En ese sentido, recordó que Cristina Navarro durante su testimonio señaló que de pronto venía el traslado “y uno no sabe cuál es el destino de uno”. Dijo que “había movimientos, gente que de pronto no estaba y no se sabía adónde, que estos traslados comenzaron a ser cada vez más seguidos”. Entre los guardias, “se corría la voz de que los mataban. Que guardias y torturadores hacían la distinción de perejiles, y comentarios alusivos a que los ‘perejiles’ se salvaban”.
Uno de los modos de enmascarar los asesinatos fue fraguar enfrentamientos. “Claramente vemos que un modo de enmascarar la matanza de personas alojados en este CCD fueron los enfrentamientos fraguados.” También quedó claro en el juicio, dijo, “la absoluta certeza que poseían las víctimas de que los tabiques, capuchas y vendas que impedían la visión eran, de algún modo, su garantía de alguna esperanza de sobrevivir; y, por el contrario, aquellas personas que estaban habilitados a ver con libertad lo que sucedía a su alrededor y a los represores estaban condenadas a muerte. Esta certeza adquirida por los cautivos no pudo escapar a los guardias. Todos los hechos tuvieron lugar en horas de la noche y la madrugada”.
El fiscal también pidió que se sume a la acusación a José Néstor Maidana 48 casos de privaciones ilegítimas de la libertad agravadas y tormentos agravados. Maidana, reconocido en el centro como El Paraguayo, agente de inteligencia del Servicio Penitenciario Federal, fue jefe de una de las guardias de El Vesubio y quedó identificado por testigos como integrante del staff de El Vesubio desde el 3 de marzo de 1977, antes de lo que hasta ahora se pensaba.

El recuerdo de Ofelia Alicia Cassano

El recuerdo de Ofelia Alicia Cassano
Final del formulario
Por Ana Lía Cassano *
Alicia, nuestra querida hija, hermana, tía y compañera desapareció el 23 de marzo de 1977. Tenía 27 años, cumplió los 28 en el campo de concentración El Vesubio, nueve días antes de su salvaje asesinato por decisión del coronel Duran Sáenz y los delincuentes que lo rodeaban, con los que asesinaron sin límites, sin juicio, sin razón, robaron bienes y robaron hijos, todo en nombre de una supuesta guerra santa. Hoy, a 34 años del golpe todavía se desconoce el paradero de miles de compañeros; dolorosamente y con una enorme dedicación los organismos de derechos humanos, Madres, Abuelas, Hijos y el Equipo de Antropología Forense intentan llenar ese pedazo de la historia aun a costa del inmenso desconsuelo.
Ella fue una víctima más de la locura e indiferencia de una nación a la cual siempre le costó reconocerse como tal. Por eso se sumó a una lucha, harta de golpes militares, harta de injusticias, harta de proscripciones arbitrarias, y la sostuvo hasta el final, hasta poder decirles con toda su voz de condenada que eran unos asesinos y la historia los juzgaría. Alicia, una vez más no te equivocaste, la historia los está juzgando, por supuesto que no es suficiente, nosotros, que te perdimos, quisiéramos mucho más que eso. Una vez más tenemos que conformarnos y sentimos que el precio fue muy alto. No olvidamos, no perdonamos.
Es difícil hablar de Alicia sin que todo parezca exagerado porque ella, sin eufemismos, honró la vida a cada paso. Mejor alumna, mejor compañera, mejor amiga, mejor promedio en su carrera universitaria, mejor defensora de pobres y ausentes, desde muy joven no toleraba la injusticia. Su compromiso con la sociedad fue siempre claro, desde los 14 años fue voluntaria en la Casa Cuna donde terminó de definir su vocación por la medicina. Cuando en la década del ’70 se expanden en Argentina los movimientos revolucionarios en busca de justicia social, no pudo quedarse al costado. Su paso por la militancia fue breve pero muy intenso, como todo lo que hizo, ya que no tenía escalones en sus decisiones. Con Pepe convivían desde un año antes de ese 23 de marzo de 1977, fueron detenidos simultáneamente, él fue asesinado en el momento de la detención, ella fue vista durante un mes más viva en El Vesubio.
Cuando entendió que tenía que comprometerse, lo hizo sin medias tintas, no vaciló en dejar de lado sus logros personales. Para ella, la vida fue un desafío y así la encaró desde el principio al fin, por eso fue capaz de decirle a Durán Sáenz y sus convidados que eran “todos criminales” y que “la historia no los iba a perdonar”. Por el testimonio de los sobrevivientes de El Vesubio supimos que al día siguiente fue trasladada. Alicia no bajó la guardia. Tomó el camino de enfrentarlos y lo sostuvo hasta el final. Además del dolor que su pérdida nos produce, su historia nos enorgullece. Alicia honró la vida.
* Texto leído en nombre de Gabriela Cassano, Ofelia Cambiaggio, Roberto Zoppi, Marcos Zoppi, María Zoppi, Lucia Pereira, Ignacio Pereira, Victoria Pereira, Osvaldo Pereira el viernes último, al inhumarse los restos de Ofelia Cassano en el Cementerio de Pilar.
Ver nota completa en: Página 12. Lunes 23 de Agosto 2010

Alicia, 33 años después de tu secuestro podemos despedirte

Página 12 - Publicado 23 Agosto 2010

Agradecemos a todas las organizaciones de Derechos Humanos, Madres, Abuelas, Hijos y al Equipo Argentino de Antropología Forense que comenzaron esta lucha por la verdad en épocas oscurantistas de nuestra historia y hoy día, la siguen llevando adelante con la convicción de que no existe justicia con impunidad.
A 34 años del golpe todavía se desconoce el paradero y el destino de miles de compañeros. Con una enorme dedicación los organismos de Derechos Humanos intentan reconstruir ese pedazo de historia aún a costas del inmenso dolor que conlleva.

Alicia fue asesinada el 28 de Abril de 1977 y fue inhumada como NN
en el Cementerio Municipal de Lomas de Zamora.
Sus familiares y amigos despiden sus restos en el
Cementerio Jardín de Paz de Pilar el Viernes 20 de Agosto de 2010.